miércoles, 7 de octubre de 2009

reformulación de proyecto de tesis

Juan Alberto Bastard Rico.
Tema: Identidad entre idealismo y realismo en Hegel. Un análisis desde su Filosofía de la Naturaleza.

De antemano, pido disculpas por la tardanza, pero estuve durante todo este tiempo, pensando y trabajando la reformulación de mi tesis, la cual les presento en seguida en forma de un pequeño ensayo. Espero comentarios y críticas al respecto en el curso y ojalá esta ocasión quede más explícito y ya no tan vago como mi proyecto anterior. Si aún así, no queda algo claro, háganmelo saber. El ensayo está un poco más largo, son cinco o seis cuartillas en formato "word", pero precisamente lo hice así para explicar más a fondo la cuestión de mi nuevo proyecto de tesis; sin embargo, y aún cuando ya presento hasta cierto punto una estructura de mi tesis, esto es sólo un esbozo, una presentación informal que bien podría sufrir modificaciones de necesitarlo. Pues saludos cordiales a todos los del curso, y les dejo con mi ensayo:

“¿Existimos porque pensamos o pensamos porque existimos?”, ésta es una de las cuestiones que arrojó la afirmación cartesiana “cogito, ergo sum (pienso, luego existo)”. Y dentro de tal cuestión encontramos dos posturas correspondientes a dos vertientes filosóficas que aparentemente se contraponen: el idealismo y el realismo. A grandes rasgos, el realismo cree que hay una realidad externa al sujeto, una realidad independiente del sujeto que la conoce, y es el sujeto quien recibe información de su objeto de conocimiento. Por su parte, el idealismo, proveniente del racionalismo kantiano, si bien no niega la existencia de una realidad externa[1], sí cree que ésta es totalmente incognoscible, por lo que lo único que el sujeto cognoscente puede conocer es el objeto tal y como se le aparece, es decir, el objeto para-sí; diríamos pues, lo único que el sujeto conoce son sus propias estructuras mentales al ser él quien construye su propio objeto de conocimiento. Otra manera de ver esta supuesta oposición es: por una parte, para el idealismo, son las ideas las que determinan lo real; y por otra parte, para el realismo, es la realidad externa la que determina a las ideas. Volviendo a la pregunta que abre este breve ensayo, para el idealismo, lo que existe es pensado, y existe justo por esto mismo, porque es pensado; para el realismo, si pensamos es porque estamos insertos en una realidad ya dada, es porque nuestra existencia está inserta en una realidad ya existente que se da a pensar, pero que no necesariamente tiene que ser pensada para existir, más bien, la realidad determina al pensamiento.

Hasta aquí es cierto que en ambos casos hay un sujeto cognoscente, un sujeto individual que piensa, ya sea que tome una postura más bien activa que pasiva y sea él quien por medio de su pensamiento determine lo real (idealismo), o ya sea que tome una postura más bien pasiva que activa y que su pensamiento sea determinado por lo real externo a él (realismo).

Hegel ha sido considerado como el más grande idealista en la filosofía, y una de las críticas más famosas a su idealismo absoluto es la crítica materialista de Marx que va muy apegada a la postura realista, y enuncia que no son las ideas las que determinan la realidad, sino que es la realidad material la que determina las ideas y la forma de pensar de la humanidad. El desarrollo del espíritu de una comunidad, depende pues de las estructuras materiales de una época histórica. Y aquí es donde surge pues, una pregunta, la cual fungirá como el eje de lo que pretendo como mi tesis: ¿podemos decir realmente que son las ideas, o mejor aún, la Idea absoluta la que determina la realidad, según atribuye Marx a Hegel? Para dar una respuesta a esta pregunta, llevaré a cabo en mi tesis un trabajo de análisis de la filosofía hegeliana, enfocándome principalmente en su filosofía de la Naturaleza, la cual me aportará muchos elementos para esta tarea, además de destacar la importancia de un campo no tan estudiado en la filosofía de Hegel, tal vez por ser el menos trabajado por el filósofo alemán: la Naturaleza. Sin embargo, la Naturaleza juega un papel importante en el sistema hegeliano, que hay que desentrañar y rescatar. Para esto, pretendo dividir mi tesis en dos partes: la primera, donde explicaré qué es para Hegel la Naturaleza; y la segunda, el papel que juega la Naturaleza en las tres manifestaciones del Ser o la Idea, en las cuales llega el Ser a saberse a sí mismo, llega justo a la Idea de sí mismo: la religión, el arte y la filosofía. Esbozaré en seguida brevemente lo que más profundamente llevaré a cabo en mi tesis.

Primera parte: ¿Qué es la Naturaleza para Hegel?:

En su Ciencia de la lógica, Hegel tratará al Ser “como a Dios antes de la creación”, según nos dice, es decir, al ser en tanto que ser y no en tanto que ente, el ser en-sí, en su abstracción. Lo que se presenta como lo contrario al ser es la nada, la nada es pues, la negación del ser, su antítesis. Pero esta nada es aparentemente lo contrario al ser, aparentemente se excluyen, pues el ser como ser en-sí se presenta, según Hyppolite, como pensamiento, un pensamiento que no piensa nada justo porque está ensimismado. El ser cae en la nada, por lo que debe superar esta identidad con la nada, debe superar su aparente negación. En esa superación se da el devenir, el devenir como síntesis del ser y la nada, devenir en el cual el ser se afirma. Explicándolo con la Enciclopedia de las ciencias filosóficas, el ser deviene otro, se altera, se da la alteridad. El ser deviene Naturaleza. El ser se hace real, deviene realidad, realidad que se juega entre el ser y la nada.

La Naturaleza se muestra como vida, como realidad. La Naturaleza tiene entonces ya un sentido de ser, el sentido del ser, aún sin sujeto, aún sin conciencia. Pero el sentido está precisamente en-sí, enajenado, alienado en la Naturaleza, hay que rescatar ese sentido. Hegel distingue tres campos que abarca toda la Naturaleza: a) la mecánica, que considera el espacio y el tiempo como exterioridad abstracta y la relación de éstos con la materia y el movimiento como exterioridad aislada; b) la física, que comprende las propiedades de la materia y como éstas propiedades funcionan como principio de individuación de la materia, y c) la orgánica, que comprende la determinación de la subjetividad en organismos geológicos, organismos vegetales y organismos animales. El hombre está comprendido en este último campo. Ahí, el ser deviene conciencia, conciencia humana. El ser logrará, por medio del hombre, la conciencia de sí; en el hombre, el ser logrará saberse, re-encontrarse; devendrá espíritu. Logrará llevar su propio sentido a la Idea. El hombre, dice Jean-Luc Nancy, se apropia del sentido, y en este apropiarse del sentido ya dado y enajenado en la Naturaleza, el hombre le da sentido a su existencia.

En resumen, la Idea, que guarda identidad con el ser, al devenir su otro, es decir, Naturaleza, determina a ésta, la da un sentido de ser. Tenemos justo aquello de lo que Marx acusaba a Hegel: la Idea determina la realidad. Pero esta Idea que se extraña a sí misma en la Naturaleza, que extraña y enajena su propio sentido en la Naturaleza, se buscará a sí misma y se re-encontrará en la conciencia humana cuando ésta rescate y se apropie de dicho sentido. La Idea pues, hará su manifestación a través del hombre y su actuar en el mundo, re-encontrándose, pero ahora más enriquecida, con un conocimiento más alto de sí. Diremos pues, la realidad ha determinado ahora a la Idea. Y este proceso es infinito y una mutua retroalimentación infinita. La Idea determina a la realidad, pero a su vez, esta realidad determinada y por tanto transformada, determinará a la Idea para que ésta logre siempre un conocimiento más rico de sí. Ahora bien, la Idea o el ser, tiene tres formas de autoconocerse por medio del sujeto humano, según su manifestación ya sea en la religión, en el arte o en la filosofía.

Segunda parte: el papel de la Naturaleza en las tres manifestaciones del Ser o la Idea:

-En la religión. La conciencia humana intuye en la Naturaleza una fuerza que le trasciende. Comenzará a ver a esa fuerza poderosa como divinidad o Dios, un dios que se le presenta siempre en cada cosa de la Naturaleza. Aquí la Idea se manifiesta como representación, la representación de un dios o divinidad. El hombre hace religión y crea cultos e himnos.
-En el arte. Puede considerársele dentro de la religión como Hegel lo hace en su Fenomenología del espíritu. Sin embargo, lo consideraré más como una manifestación aparte de la Idea, la “manifestación sensible de la Idea”. El hombre transforma la materia (la Naturaleza) y hace aparecer a la Idea como lo bello.
-En la filosofía. La Idea se manifiesta aquí como concepto. La filosofía, como el búho de Minerva, siempre vuela al atardecer. Llega pues, para reflexionar sobre las otras manifestaciones de la Idea, a saber: en la religión y en el arte. La filosofía reflexiona pues, sobre la realidad, llega para reflexionar todo aquello que se le presenta ante sí. La Idea aquí se reflexiona a sí misma. Pero tal reflexión no puede llevarse a cabo si antes no se ha dado la sensación. El filósofo se enfrenta a la realidad, a la Naturaleza, la cual le transmite por medio de la sensibilidad el sentido del ser, de la Idea, dicho sentido que será apropiado y reflexionado por el filósofo llevándolo a concepto.

El ser que, como ya había mencionado, es pensamiento, lo que hace en estas sus tres manifestaciones, es pensarse a sí mismo. Y en este pensarse a sí mismo a través de estas tres manifestaciones, está siempre transformándose. La Naturaleza como la escisión o la alteridad del ser, como el ser otro de la Idea, es por tanto pensamiento, pensamiento que penetra a la conciencia humana. El pensamiento se transforma y se determina al pensarse a sí mismo. La Idea, que es ser y pensamiento, transforma y determina a la realidad, a la Naturaleza que es pensamiento; y a su vez, la Naturaleza como pensamiento determina y transforma a la Idea. No hay pues idealismo sin un realismo, pero tampoco hay un realismo sin un idealismo. Hay identidad entre idealismo y realismo: ambas cosas son pensamiento. Es esta la conclusión a la cual llegaré en mi tesis, en donde se visualiza ya una pérdida de la subjetividad: ya no es un sujeto individual el que piensa, sea ya este sujeto quien construya su propio objeto de conocimiento, sea ya que una realidad externa determine su propio pensamiento. Aquí más bien, es el pensamiento el que se piensa a sí mismo, pensamiento que es el ser mismo, pensamiento que es realidad, Naturaleza, trascendencia inmanente. Es el ser que trasciende siempre a su propia manifestación, a su propio ser otro, pero que no es ajeno a este su ser otro. El hombre aquí ya no es quien construye lo real, pero tampoco esa realidad le es externa y totalmente independiente: hay identidad entre sujeto y objeto, ambos son ya pensamiento, un pensamiento que es siempre más que cualquier sujeto y que cualquier objeto. Sí hay pues una realidad externa al hombre, pero el hombre es ya parte de esa misma realidad y con esa realidad debe confundirse para crear, debe saberse parte de la totalidad, de lo Absoluto. Y al crear, sea arte, religión o filosofía, está ya transformando al mundo, transformando la realidad, y a su vez, esa realidad estará ya transformando también a la Idea y por tanto a la ideología humana. Por eso Hyppolite dirá que “cuando Marx escriba un buen día: "Hasta el momento los filósofos no han hecho más que interpretar el mundo; ahora de lo que se trata es de transformarlo", no será totalmente infiel al pensamiento hegeliano.”[2]

La razón aquí, ya no es tampoco la razón de un sujeto individual cognoscente -entendiendo sujeto en el sentido moderno-, sino que es la razón de ser de todo lo real, la razón del ser, de la Idea, del pensamiento. Regresando a la pregunta inicial, pero modificando su fórmula quitándole los elementos subjetivos, concluyo que todo cuanto existe piensa, y aquello que piensa tiene existencia real. Así entiendo entonces cuando Hegel dice que "todo lo real es racional o todo lo racional es real".

Bibliografía básica:

Hegel, Enciclopedia de las ciencias filosóficas.
-------, Ciencia de la lógica.
-------, Fenomenología del espíritu.
-------, Propedéutica filosófica.
-------, Lecciones sobre estética.
Jean-Luc Nancy, Hegel. La inquietud de lo negativo.
Jean Hyppolite, Génesis y estructura de la Fenomenología del espíritu de Hegel.
Ernst Blonch, El pensamiento de Hegel.
Armando Segura, Logos y praxis.
Benedetto Croce, Lo vivo y lo muerto de la filosofía de Hegel.
Jacques D’Hondt, Hegel y el pensamiento moderno.
Amelia Podetti, Comentario a la Introducción a la Fenomenología del Espíritu.

Aparte de los intérpretes de Hegel, estaré también considerando a lo largo de la tesis obras de filósofos anteriores a Hegel y posteriores que me ayuden a clarificar algunas ideas del pensamiento hegeliano, ya sea porque fueron grandes influencias para Hegel como los Presocráticos, Aristóteles, Kant, Spinoza y más aún los Románticos para esta concepción de la naturaleza –y aquí revisaré también las Lecciones sobre la historia de la filosofía de Hegel, para rastrear los elementos que Hegel, en su propia interpretación de la historia de la filosofía, toma de filósofos precedentes a él-, o ya sea porque son filósofos que tienen una gran influencia hegeliana como el caso de María Zambrano.



[1] Podríamos decir que una excepción a esto es Berkeley, para quien todas las cosas no son más que meras ideas (en la mente de Dios).
[2] Jean Hyppolite, Génesis y estructura de la Fenomenología del espíritu de Hegel, [trad. de Fco. Fernando Buey], Península, Barcelona, 1974, p. 541.

2 comentarios:

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  2. Estos libros te pueden servir:

    THE BLACKWELL GUIDE TO
    Hegel’s
    Phenomenology
    of Spirit:

    http://memonemesis.files.wordpress.com/2009/10/hegel1.pdf



    FENOMENOLOGÍA DEL ESPÍRITU.FCE:
    http://memonemesis.wordpress.com/files/2009/10/feniomenologia.pdf

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