viernes, 21 de agosto de 2009

Proyecto. Raizza Ketzali

“Cada quien ama aquello cuya belleza suscita en él la maravilla”
M. Ficino en Sobre el Amor.

He revisado el escrito mal redactado que había publicado en un principio, encontrado varias fallas. Pero he aquí una "reformulaciòn" del escrito antes presentado. Lo único que cambia son las premisas, que las he reincorporado al principio de este escrito, lo demás solo esta restructurado y con algunas modificaciones de redacción que pude notar a primera vista.

El tema que me gustaría trabajar es la posición del filósofo romántico renacentista. Quisiera colocar la figura del filósofo en un concepto de “amante” y usar la vía creadora para llegar a lo 'perfectible', es decir, llegar a la verdad. El filósofo busca acercarse a los dioses, que 'poseen' la verdad porque quiere ser sabio. Con este deseo (de ser sabio y encontrar la verdad) se pretende una creación, es decir, un arte. (El arte entendido como la virtud de crear algo).

"En el corazón de los bienaventurados no existe envidia, porque consistiendo la más grande dicha en poseer la cosa amada, cada uno vive contento y en plenitud, pues posee aquello que ama" Ficino en Sobre el Amor.


Partiré de las siguientes premisas, y justificare "brevemente" cada una de ellas.

a) Entiendo por 'divinidad' -o 'dioses'- y 'verdad' una misma cosa.

b) Puede surgir el deseo y al mismo tiempo la carencia de lo que se desea.

c) El deseo impulsa a amar lo que se desea.

d) El amor sòlo busca amar aquello que se asemeja a la divinidad (Kalokagathìa).

e) La Belleza puede llegar a percibirse por medio de la representaciòn sensible de Ideas.

f) El arte es la reproducción creadora de la idea de Belleza.

g) La perfección consiste en la búsqueda de la verdad.

h) El deseo de conocer la Verdad, conduce a la creaciòn de belleza, representada en el arte.

Cuando se habla de Amor en Platón, desde que el cosmos era tal, o de la divinidad Eros, o hasta que el hombre conoció el Amor, es considerado el móvil, además de la razón, para que el ser humano pueda alcanzar la perfección que desea.

Es difícil entender como el alma del hombre pude ser capaz de amar aquello que no conoce, sin embargo a este amor se contrapone el poseer la cosa amada, pues en cuanto se deja de buscar, y se posee, contraviene un desinterés a amarlo.

Siguiendo a Ficino, no cualquier ser humano puede enamorarse de la filosofía. Sea porque no están siguiendo la forma de amar, que es la etapa del enamoramiento. O sea porque no hubo una suerte astral. No quiero decir que sea de manera determinada, sino que según la relación del hombre con los astros facilitará el proceso de enamoramiento hacia la filosofía.

Las ideas de semejanza y correspondencia, las abarcaría utilizando el cuento mitológico del andrógino planteado en El Banquete, de Platón, “pues razón tiene ese antiguo dicho de que lo semejante se arrima siempre a lo semejante” (Platón, El Banquete, 195b). Queriendo decir que el deseo es el elemento primordial para buscar siempre lo que necesita o desea encontrar. En este caso, el deseo del filósofo es acercarse a la Divinidad o la Verdad.

Lo bello se ama, y lo que se ama debe ser compatible con uno mismo. No se puede amar aquello con lo que no hay una semejanza, sino se busca amar aquello que cause satisfacción al amarlo. La unión de la cosa amada con uno mismo, se da gracias a la presencia de la ausencia. Que se interpreta como la cosa deseada. En el resultado de este amor se dan las cosas buenas y bellas.

Dios y su bondad conducen a las almas que lo buscan, para que las lleve al banquete. Sin embargo un filósofo sabe que conocer a Dios es imposible. Pero amarlo si es posible, es por eso que el buscar a Dios, significa amarlo. Así mismo los filósofos que pueden entender lo que es la belleza verdadera y de que modo se ama, lo hacen por inspiración divina, que es el amor. Es decir, los filósofos buscan el amor por medio de la práctica en sus almas. [La inspiración divina no es la aparición de una musa, sino lo que trato de defender es que, la inspiración divina es el poner a trabajar la mente, buscando la sabiduría.]

El mundo tiene un principio y fin que es “Dios”, el cual está vinculado con el Bien, que es como se representa en la forma del mundo. Para llegar a Dios, según Ficino, hay que pasar por tres niveles que están en el Mundo que son: la mente angélica, el alma del universo y el cuerpo del universo. Estos tres niveles se atraviesan sin duda, con el Amor, pues el Amor arrebata todas las cosas hacia la belleza por el deseo de poseerla, y la mente humana se dirige a Dios por tener amor innato y ademàs ser bella, aspirando siempre a una perfección. Para Ficino es importante unir el cielo que percibimos con nuestra mente, es decir, hablar en un plano astrológico. Habla de dos géneros de Amor, colocando a Venus como el icono del amor en la astrología.

El filósofo, hombre que aspira hacia lo divino, es decir, hacia la Bondad, busca la Venus celeste, que nació sólo del cielo y ésta está en la mente angélica, la cual se rige por Saturno, que entiende las cosas supremas. Gracias a su inteligencia y la virtud dada por Venus, la inteligencia puede crear la potencia que engendra cosas interiores. Tanto Saturno como Venus son el alma del Mundo, pues en el cielo se contienen a todos los cuerpos. El amor acompañado de la Venus celeste es un amor natural y que considera la belleza de Dios, así mismo el esplendor divino.

La imagen es la cosa que puede ser. (Platón). El filósofo está enamorado de la imagen de la Verdad y no de la Verdad (que es Dios). La Belleza se encuentra en la imagen de las cosas y también en las cosas, pero el filósofo sólo puede tener acceso a la imagen. Poseer la imagen de lo que se va a amar permite tener cierta nobleza hacia la cosa amada, en este caso la filosofía. Pero no se convierte en lo que se amará, pues lo que se posee es la imagen y no la cosa. La fantasía contra la imagen causa un problema de interacción con la verdad, es decir, como no se tiene una representación de la Verdad, se puede llegar a imaginar, y la pregunta es: ¿que nos permite amar lo que imaginamos o lo que pretendemos ver? Con el simple hecho de imaginar, creemos que algo puede ser verdadero, sin embargo, se necesita una imagen más táctil de la verdad.

El alma del filósofo busca dos potencias, la primera es la del conocer. Potencia que concede reverencia y Amor honesto, que busca al bondad y la contempla. La segunda potencia es la de engendrar belleza, buscando una imagen divina. Ambas potencias se guían gracias a la belleza de los cuerpos (aprehendida por los ojos). Y también la belleza de la mente (aprehendida con la inteligencia).

La Belleza es un vínculo, por ser una cosa media. La cual es resultado del proceso de compartir e ir hacia lo aspirado. (Se podría mencionar a Eros como el interprete entre dioses y mortales, por ser hijo de un dios y una mortal).


La Belleza como idea en sí, encierra asimismo la idea de perfección. La creación es un medio para poder ascender hacia lo perfecto -siguiendo la línea platónica y griega- o hacia la kalokagathía. El arte como la reproducción guiada, es la creación del filósofo como muestra de que puede llegar a ser perfectible o asemejarse a los dioses. El Amor, asimismo, es también una generación, una búsqueda hacia lo Bello, o al menos el generar algo bello. La creación como “toda causa que haga pasar cualquier cosa del no ser al ser” (Platón, El Banquete, 205c ), es lo que vincula al deseo con el amor, el amor con la belleza, y la belleza lo que ínsita a crear arte.


Bibliografía Leída:

  • Platón, El Banquete, Tecnos, Madrid, 1998.
  • M. Ficcino. Sobre el Amor, UNAM, México, 1994.
  • M. Ficcino. Sobre el furor divino y otros textos, Antrhopos, España, 1993.
  • Grube, G.M.A., “Eros”, “La naturaleza del alma” y “El arte” en El pensamiento de Platón, Gredos, España, 1987.
  • El humanismo en Italia. Platónicos y aristotélicos” en La filosofía del Renacimiento”.

Bibliografìa por leer:

  • R. G. Collingwood, Los principios del arte, FCE.



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